Guerra de Palabras

 

De la derecha colgaba una gran cadena de plata, con una maravillosa especie de máquina en el extremo. Le ordenamos que sacará todo lo que estaba unido a esa cadena. Resultó ser una esfera, la mitad de plata y la otra mitad de un metal transparente. En el lado tranparente vimos ciertas cifras extrañas dibujadas en círculo, y creímos que podíamos tocarlas, pero nuestros dedos tropezaron con aquella sustancia diáfana.

Aplicó a nuestros oídos su máquina,  que producía un ruido incesante, como el de un, molino de agua. Y suponemos que es un animal desconocido o de un dios que él adora; nos inclinamos más a la última opinión, pues nos aseguró que rara vez hacía algo sin consultarlo. Lo llamaba su oráculo y dijo que indica el momento para cada uno de los actos de su vida.

Entregué el reloj. El emperador sentía gran curiosidad por verlo y ordenó a dos de los alabarderos más corpulentos de su guardia que lo llevaran en una pértiga sobre sus hombros, como hacen los carreteros en Inglaterra con los barriles de cerveza. Le asombró el continuo ruido que hacía y el movimiento del minutero, que podía ver fácilmente (puesto que su vista es mucho más aguda que la nuestra) y preguntó las opiniones de los hombres sabios que le rodeaban, que fueron variadas y contradictorias, aunque, en realidad no pude comprenderlas muy bien.

En Lilitput aún no existía tan maravillosa tecnología que permitía a Gulliver controlar el tiempo y ordenar su vida. El tiempo también existía en aquel país tan diminuto pero no se guardaba en plata. Ni como Gulliver, encadenados a él. Swift escribió una obra para desahogarse por la poca austeridad de la vida conforme que fue corrompiéndose en aquella época, pero que sin duda alguna reflejaba su forma de ver la vida e incluso como la quería vivir. Los miembros del grupo de Resistencia Poética como los Liliputienses vemos “grandes” algunos  aspectos de esta sociedad que procuramos comprender, examinar y si cabe disfrutar. También ordenamos a Gulliver que sacará aquella cadena de su bolsillo, Nos encontramos con varios extremos. Nos entretuvimos en el de la palabra o juegos de palabras. El uso de la semántica.

Si es que Gulliver lleva un diccionario particular (si no entendimos mal) que saca cuando le conviene (o al menos eso parece) En nuestra tierra términos como Grupos Organizados, mercantilización de espacios públicos, Vodaphone Sol, Crecimiento Negativo… Apenas se entienden aunque se usan o se usan pero no igual, es más según donde se utilicen estos términos adquiere formas distintas en el imaginario de las gentes.  En la tierra de Gulliver parece que es incluso un arma, nos cuenta que si lo dice una caja cuadrada llamada televisión (o según él que parece más culto; medios de comunicación), son términos que ilustran unos hechos y convencen a los súbditos de su reino de nuevas ideas sociales.

Nos apropiamos de dos términos y nos dispusimos a jugar con ellos. Jamás comprendimos qué significaba Vodaphone Sol y le cambiamos el nombre por otro.  No entendimos qué podría ser eso de Grupos Organizados y buscamos ejemplos.  Gulliver sólo reía y ponía caras raras. Parece que muchas de las cosas que creemos  los liliputienses, aquellas que posiblemente nos ayuden a cultivar nuestro bienestar, están mal enfocadas o son totalmente erróneas. Será que jugamos con las palabras de otra manera.

J.Val Triboullier