La resistencia es el proceso de construcción de nuevos sujetos que aprenden de la experiencia. Cuando entiendo que mi situación de desempleo, el ataque que sufro a causa de mi género, raza o condición social, mi opción sexual, la negación de la dignidad básica o cuando la educación se aleja de la persona, etc. Es entonces cuando nos convertimos en sujetos resistentes, es el momento en que insinuamos una grieta en nuestra identidad. Quizás sean síntomas de un orden político o social o bien una falta de empatía real por la naturaleza, en cualquier caso, síntomas que un ciudadano se plantea alguna vez (Según Coustas Douzinas).  Resistirse es un acto de perseverancia, de cuestionar lo que nos pasa, de aceptar riesgos pero sobretodo de intentar ser valientes para mostrarse en libertad. 

La soledad que deriva de un quiebro de identidad tiene una ligazón muy estrecha con el lenguaje, nos obliga a comunicarnos, exponiéndose uno mismo a ella. El individuo es autor de aquello que intenta ignorar, mensajes que nos invaden de la sociedad que nos acoge. Hoy la reciprocidad desde un punto de vista cultural, la dependencia al grupo puede que este proscrita. Para ello un incipiente grupo de resistentes que junto con su poesía intentan dialogar, debatir y crear nuevas imágenes como quien coloca un espejo, participando de forma no tan esquiva de aquellas informaciones que nos toca vivir.

Sin embargo cada individuo es libre para buscar el tipo de felicidad que le conviene, la sociedad no contradice su misión. El individuo de hoy vive a la escucha de su yo profundo y se abandona fácil y voluntariamente a sus emociones y sentimientos. Ganan en autenticidad las relaciones personales, puesto que el hombre se expresa más profunda y sinceramente ahora que con el trato social de antaño.

El hombre, la libertad, la independencia y la pasión se han impuesto hoy a la Comunidad, las convenciones, las fidelidades y la razón. Quizás en esta resistencia poética seamos pioneros de nuevas relaciones sociales, quizás.

janet val

Se realizaron varias intervenciones, que a modo de preguntas, reflejan un debate aún abierto. Desde la reflexión y la preocupación sobre estos temas empieza la andananza de la resistencia poética.

 

¿Educación para el mercado?

 

¿Se anula la vocación en las escuelas? ¿Se toma en cuenta verdaderamente los intereses de los estudiantes? ¿Se escucha y dirige la verdadera vocación personal? ¿Es la vocación un derecho a defender? ¿Si fuese así, cómo defenderla, ¿Se da voz a los niños desde el aula? De ser así ¿Quién es el agente que amplifica esa voz? ¿Puede el maestro o la escuela  aceptar ese reto? ¿Qué lo impide? ¿Sabemos verdaderamente qué lo impide?

Un Corazón encadenado a un colegio lleva consigo estas preguntas, varias llaves lo abren pero creemos en el papel importante del maestro para defender la vocación de los niños y jóvenes. Los maestros que como Don quijote han de luchar cada día frente a tantos gigantes y nosotros como escuderos, Sancho Panza, hemos de recordar con una instalación los diferentes nombres de los molinos a los que se enfrentan cada día la comunidad educativa.

 

Se ofrece trabajo

¿Somos esclavos de nuestros trabajos? ¿Disfrutamos de lo que hacemos? ¿Cuán libre somos en ellos? Si nos somos libres, ¿Quien se apodera de muestras necesidades? ¿Se fomenta el abuso de poder? ¿Cómo se permite? ¿Se puede combatir el miedo y la inseguridad de los trabajadores?

 

¿Dónde está la basura ahora?

Una vez finalizado el conflicto de los trabajadores en huelga por la recolección de basura, nos hemos preguntado ¿Dónde está la basura? ¿Cómo quedan esos contratos y realidad laboral? ¿Ha sabido el ciudadano de a pie apoyar o entender este conflicto? ¿Pueden las quejas de los conciudadanos deslegitimizar una huelga? ¿La opinión pública conoce verdaderamente el tipo de injusticia que se aplica a los trabajadores?

 

 

Lo siento.

Acción que trata sobre la Violencia estructural que nos atenaza. Se realizó en la céntrica y comercial calle Preciados, durante aproximadamente una hora, 100 folletos con el siguiente mensaje:


LO SIENTO
Cuando tomo café veo la cara del agricultor al que están pagando una miseria.
Cuando echo gasolina veo los pueblos de oriente próximo arrasado por las bombas.
Cuando me visto veo las manos pequeñas de unos niños que lo habrán cosido.
Cuando uso mi móvil no dejo de ver a los jóvenes machacados en las minas de coltán.
Cuando paseo por estas calles no puedo dejar de pensar en los pueblos que es necesario explotar para mantener este ritmo de vida.
CONFIESO MI DESESPERACIÓN PÚBLICAMENTE
NO SÉ QUE HACER PARA QUE CADA ACTO DE MI VIDA NO SUPONGA SOMETER A OTRA PERSONA.